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Súplica de un amante de los viajes en tren

Hola,

¿Estás sentado cómodamente? Si ? Estás seguro ? Perfecto, eso espero, porque me gustaría que hablemos de aventuras, viajes, éxtasis visuales y recuerdos fundacionales. Hablando de nuestro próximo viaje en realidad. Así que tómate el tiempo para adaptarte, de verdad. Siempre dale tiempo a tiempo, esa es la clave. Sabes viajar, es algo tan importante, algo que se queda contigo de manera indeleble si lo cuidas como un niño que acaricia su manta. Por eso, en mi opinión, es importante tomarse el tiempo necesario para pensar en ellos, realizarlos y digerirlos.

El tren nunca tomará la dirección equivocada, solo abrirá otros lugares para ti

El viaje en tren tiene su encanto allí. Para poder columpiar guijarros en la orilla del mar mientras espera la próxima conexión. Negarse a tomar el próximo tren y decidir esperar un poco más donde estamos, porque allí estamos bien. Duerme bien en las estaciones de tren para ahorrarte unos euros. El tren es una aventura al estilo Jack London o al estilo Kerouac, al menos una apariencia. Si he optado por hablarles de frente sobre este tema es porque en estos momentos, el viaje en tren está muriendo en el imaginario colectivo. Los trenes nocturnos circulan cada vez menos, y la luna huérfana deja a sus cientos de viajeros al sol. En Francia, la SNCF prácticamente ha eliminado todos sus raíles por la dureza de este estilo de transporte, aunque es diferente en todas partes de Europa. Personalmente, ver desaparecer este tipo de transporte me hace mucho más que una punzada en el corazón. Por tanto, creo que es necesario mejorar la imagen de este viaje. Para nosotros, para ti, para salir de esta carrera de consumidores de viajes, pero también para el planeta. Siempre que sea posible, tome el tren hasta el avión cuando viaje. Porque sí, el tren sigue siendo la forma más ecológica de viajar aún más el tren nocturno, pero eso es otro debate.

Lisboa – crédito de la foto TEYCHON Baptiste

“Si en una noche de invierno un viajero”

A menudo escuchamos que somos afortunados de vivir en una época en la que las fronteras de cada país nunca estuvieron tan cerca. Que viajar ya no es algo complicado y que un mundo de posibilidades se abre ante nosotros. Entonces sí es cierto, sin duda somos la civilización que más viaja en la historia. Viajamos más y siempre más lejos gracias a los aviones. Pero nuestros viajes parecen ajustarse a un cierto imaginario colectivo. Donde antes era único, viajar ahora parece ser una actividad que consumimos sin ninguna sorpresa real. Puede que me equivoque, pero eso es lo que creo que veo en el aire. Lejos de mí criticar esta tremenda oportunidad y esta apertura al mundo, realmente lejos de eso. Yo también disfruto de las pequeñas escapadas de un fin de semana en una hermosa ciudad de Europa. Pero sigo preguntándome sobre este consumo de viajes. Viajar, me parece, es una experiencia única que empuja a los aventureros de lo desconocido a descubrir que el tiempo no se puede cambiar. Viajar es el elogio de la lentitud y el minimalismo. Por eso, siguiendo esta dilatada digresión, me gustaría hablarles del viaje en tren. Esta tremenda pérdida de tiempo que debe ser apreciada. Date la oportunidad de realizar uno de tus viajes en tren, aunque solo sea una vez. Aprende a soltar y asoma la cabeza por la ventanilla de un tren que pasa no lejos de un lago en Eslovenia, por ejemplo.

Eslovenia – crédito de la foto TEYCHON Baptiste

En alabanza de la lentitud

El viaje en tren es toda una novela que se escribe con cada kilómetro que se traga. Cada nueva hora es una nueva página que viene a alimentarte. Es una pequeña historia que nos cuentan. Y es tan fácil. Una mochila que cabe entre las piernas y que puedes ir en tren durante unos días para explorar tu país o para ir por un tiempo más largo a Europa. Pues te concedo que hay un punto de tensión con este medio de transporte, América en tren va a ser complicada, pero da igual, hay tanto por descubrir en Europa. No hace falta ir muy lejos para escapar, olvídate de esta doctrina, es la primera regla. El segundo es igual de básico, acepta la lentitud. Olvídate de la velocidad del mundo y tu propia velocidad, de verdad, déjala ahí en la plataforma de la estación. Viajar en tren significa aceptar que no tienes nada que ver con él. Ni en el tiempo, ni en la gente, ni en la carretera… No controlas absolutamente nada y, francamente, es tan bueno. Abandona las largas horas de ver cuadros de Claude Monet, Paul Cézanne y muchos otros … Y entonces esta aventura tiene un sabor muy particular, un encanto innegable como una mirada profunda que te fija. Honestamente, planificar un viaje en tren no es tan complicado ni más caro, solo lleva un poco más de tiempo. Para facilitar las cosas, existen formas “institucionalizadas” de viajar por Europa, como el billete Interrail. Y, francamente, es una gran experiencia, especialmente porque Europa empuja a los jóvenes a realizar este tipo de viajes. Conocer el aburrimiento y la espera entre dos trenes es empezar a aprender a ver la vida con los ojos.

Una visión romántica de viajar

Si te digo esto es porque a pesar de mis viajes lejos del viejo continente, los que más me han marcado son mi road trip en tren por Europa y mi road trip a […]

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